
Krampus

Una de las figuras más conocidas del folclore alpino y la mitología pagana. Representa la cara castigadora de la Navidad durante la Krampusnacht, la Noche del Krampus, que se celebra el 5 de diciembre. Se distingue por su apariencia demoníaca, mitad humana y mitad cabra, y porta cadenas y cencerros que producen un aterrador ruido, simbolizando la fuerza del invierno y el poder de asustar a los niños que se han portado mal. En algunas regiones de Alemania (sobre todo Baviera), Austria, Hungría o de la República Checa, se convirtió en el compañero de Nikolaus y quedaron ligados para siempre: Nikolaus recompensa a los niños buenos, y el Krampus equilibra esa benevolencia y recuerda las consecuencias de los malos actos.

Se celebra en festivales y eventos llamados “Krampuslauf”, donde hay varios Krampus en desfiles asustando y persiguiendo a la gente. En las últimas décadas ha ganado popularidad internacional: ha experimentado un resurgimiento en eventos y festivales (incluso enfrentándose a intentos de prohibición) y ha aparecido en películas y series.


Knecht Ruprecht

El “sirviente Ruprecht” es una figura tradicional alemana y su papel principal es acompañar al santo, llevando el castigo a los niños traviesos. Su primera aparición documentada data del siglo XVI en Alemania, aunque probablemente existiera en la tradición oral desde antes.
Proviene de la antigua costumbre de visitar casas pidiendo comida y ofreciendo bendiciones, donde Nicolás repartía regalos incondicionales hasta que la Reforma de Lutero trasladó esa función al Niño Jesús el 25 de diciembre. Con la Contrarreforma, la visita se volvió más moralizante: Nicolás premiaba y Ruprecht castigaba, convirtiéndose este último en una figura oscura, casi demoníaca pero sometida al santo. Con el tiempo, ambos personajes fueron reemplazados en buena parte por el Niño Jesús en regiones católicas y por Santa Claus en regiones protestantes, aunque el 6 de diciembre sigue siendo una fecha muy importante.

Knecht Ruprecht y San Nicolás fueron protagonistas de la Navidad hasta el siglo XIX, incluso hasta mediados del siglo XX. Curiosamente, ambos personajes se fusionaron de alguna manera: si bien Santa Claus trae regalos, no lo hace incondicionalmente, sino que tiene su lista de niños buenos y niños malos.

Knecht Ruprecht suele representarse como un hombre mayor, con barba, vestido con ropas oscuras o rústicas, a veces con un gorro y un saco de carbón. Porta un bastón, varas o incluso un látigo, símbolos de su función disciplinaria. Según la tradición, castiga a los niños malos con carbón, patatas o incluso el látigo, y recibe distintos nombres según la región, como Belznickel o Pelznickel, a veces fusionándose incluso con la figura del propio San Nicolás.

Buttnmandl

Los Buttnmandl son una tradición de Adviento muy particular de Berchtesgaden, en Baviera, Alemania.
Su origen combina antiguos rituales precristianos con la celebración navideña, y se centra en la llegada de San Nicolás. Aunque su apariencia pueda parecer intimidante, su papel principal es proteger, acompañar y anunciar la temporada festiva.

El Buttnmandllauf se celebra el 5 y 6 de diciembre, aunque algunas localidades comienzan el primer domingo de Adviento. Los participantes, vestidos con paja y máscaras aterradoras, desfilan acompañados de San Nicolás y figuras demoníacas llamadas Gankerl, cuyo rol es proteger a los Buttnmandl. Esta tradición tiene sus raíces en la expulsión de los espíritus malignos y se originó en las Rauhnächte (noches del 24 y 31 de diciembre y 5 de enero).

Es también un rito de visitas a las casas, donde los participantes son recibidos con oraciones y agua bendita. San Nicolás premia a los niños buenos con dulces y castiga a los traviesos, arrojándolos a la nieve o golpeándolos con rudas. Aunque originalmente era una práctica rural, se ha ido popularizando con una mayor concentración de público.
Zwarte Piet

Zwarte Piet, o Schwarzer Peter, aparece sobre todo en en los Países Bajos y Flandes, así como antiguas colonias danesas, como acompañante de Sinterklaas (San Nicolás) y su figura se remonta al Barroco. Ya en 1766 se le menciona como personaje de miedo en el libro De bespookte Waereld ontspookt (”El mundo embrujado desencantado”) junto a Poltergeist, Nachtmahr (caballo de la noche, pesadilla) y Klabautermann (espíritu o duende de mar), y no hay evidencia de conexión directa con Krampus.
Su primera descripción clara asociada a Nikolaus proviene del libro infantil “Sint Nicolaas en zijn Knecht” (1850), escrito por Jan Schenkman, donde se presenta como un asistente negro sin nombre vestido de renacentista con un rol alegre y travieso que acompaña a Sinterklaas, que vive en España según el relato.


Esta curiosidad de que vengan de España podría relacionarse con la rima entre Spanje y appeltjes van oranje (”manzanitas de naranja”), con la pertenencia de los Países Bajos y España a la monarquía de los Habsburgo en el siglo XVI, o con la influencia de los moros en España. Sea como fuere, hoy en día Nikolaus llega en barco desde España.
Su origen es variado: según unas versiones, proviene de un demonio que secuestraba niños y fue derrotado y convertido en asistente de San Nicolás; otras lo describen como un antiguo siervo o esclavo liberado por el santo, o incluso como un deshollinador cuya cara se manchaba de hollín al deslizarse por las chimeneas. Con el tiempo, la figura evolucionó desde asistir a Sinterklaas en las tareas prácticas —repartir dulces, llevar el Libro de los Niños, preparar la llegada en barco— hasta convertirse en un personaje festivo más independiente, presente en desfiles y celebraciones locales.

A lo largo del siglo XX se multiplicó en número, pasando de un solo Piet a grupos de ayudantes especializados (el que reparte regalos, el que canta, el que baila, etc.), lo que contribuyó a la forma moderna de la tradición.

Schmutzli

Propio de la Suiza alemana, acompaña a Samichlaus (San Nicolás) y está documentado desde el siglo XVII como una figura vinculada a antiguas costumbres invernales alpinas. Su nombre procede de schmutz, “suciedad”, aludiendo al hollín y al aspecto rústico que lo caracteriza.
A diferencia de otras figuras europeas similares, Schmutzli mantiene un aire más ligado al bosque, la vida rural y los rituales de invierno. Viste una túnica oscura, lleva capucha, un saco y, a menudo, un bastón. Durante las visitas del 6 de diciembre, Schmutzli actúa como asistente de Samichlaus: sostiene el saco con regalos o frutos secos, ayuda a leer las notas sobre el comportamiento de los niños y participa en la tradición de recordar buenos hábitos y virtudes, más que en la idea del castigo.

Percht

Los Perchten NO son acompañantes de San Nicolás: forman parte de una tradición más antigua, vinculada al cambio de año y al mito de Perchta, la figura femenina que protege el hogar del invierno. Estas criaturas son una de las expresiones más llamativas del folclore alpino.
Existen dos tipos de Perchten:
Schönperchten (los bellos): con trajes coloridos y máscaras ornamentadas que reflejan festividad.
Schiachperchten (los feos): con máscaras aterradoras, pieles y cuernos, evocando lo salvaje y misterioso del invierno.

Sus desfiles, conocidos como Perchtenläufe, se celebran a finales de diciembre y el 5/6 de enero, simbolizando el ciclo del invierno y la transición hacia el nuevo año. Representan la lucha entre lo viejo y lo nuevo, la oscuridad y la luz, y el paso del invierno hacia el renacer de la naturaleza. Se trata de una tradición profundamente pagana, muy arraigada en Austria y en algunas regiones de Baviera, que sigue viva como un ritual cultural lleno de misterio y simbolismo.
Frau Perchta

Frau Perchta es una fascinante —y escalofriante— deidad en el paganismo propio de la zona de los Alpes, como los Alpes alemanes y los eslovenos. Su nombre podría significar «la que brilla» (beraht o bereht en alto alemán antiguo, del proto-germánico brehtaz) y está probablemente relacionado con el nombre Berchtentag, la fiesta de la Epifanía del 6 de enero. También se cree que puede provenir de la diosa raíz Holda, o Frau Holle.
Mucho menos conocida que Krampus, esta diosa o bruja invernal se presenta como una anciana de nariz de hierro, vestida con harapos y armada con un cuchillo oculto bajo la falda. Su gran obsesión: coser y la limpieza del hogar.
Según la tradición, quienes no tengan su lino hilado antes del 6 de enero o mantengan la casa desordenada pueden ganarse su ira. Los castigos pueden llegar a ser bastante siniestros, en los que Perchta reemplaza las entrañas de los niños perezosos por piedras y paja. Además, se dice que lidera la Caza Salvaje, surcando el cielo nocturno con un séquito de almas perdidas y criaturas demoníacas llamadas Perchten.
Su dualidad se refleja precisamente en los Perchten “Bonitos” y “Feos”, protagonistas de los tradicionales desfiles alpinos (Perchtenläufe). Así que este 6 de enero, Día de Perchta, quizá valga la pena recordar a los más pequeños que tener la habitación limpia podría salvarlos de la visita de una bruja ancestral…




