¿Quién no conoce la historia de Ebenezer Scrooge? La historia de Cuento de Navidad está presente en la mente colectiva, y es un clásico que no puede faltar en Navidad, aunque su moraleja puede aplicarse en cualquier época del año y a cualquier persona. Es más, muchos se atreven a decir que Dickens inventó esta época festiva tal y como la conocemos hoy en día. No inventó por supuesto el sentido religioso de la Navidad, sino que afianzó muchas tradiciones actuales que hoy damos por hechas.
La historia trata de Ebenezer Scrooge, un viejo gruñón, avaricioso y egoísta, que es visitado en la víspera de Navidad por tres fantasmas que le cambiarán su manera de ver la vida y le harán darse cuenta de que, tal vez, no es tarde para cambiar. Pero vamos a ver cómo esta historia, con una premisa que en estos tiempos puede parecer hasta cliché, revolucionó la Navidad para siempre gracias al autor adecuado en el momento adecuado.
¿Por qué Charles Dickens?
¿Por qué este autor fue el único que pudo escribir este libro? Charles Dickens nació en una familia de clase media con problemas financieros debidos a los gastos descontrolados de su padre John, que entró en prisión en 1829. Con tan solo 12 años, Charles se vio obligado a vender sus libros, dejar la escuela, y trabajar en una fábrica de zapatos. Si bien esto le dejó una huella en su interior, su amor por la lectura nunca desvaneció, y en 1842 ya era un autor con buena reputación y seis libros por detrás.
En la era victoriana se introdujeron nuevos elementos festivos, ya que las Navidades habían cogido popularidad. Los árboles de Navidad eran una cosa nueva en el siglo XVIII, algo que importó el Príncipe Albert desde Alemania y que la reina Victoria acogió con los brazos abiertos. Asimismo, los villancicos, que habían sido olvidados los últimos cien años, vieron su renacer, con publicaciones tanto de los antiguos clásicos como de modernos.
Dickens, con sus propios recuerdos de su infancia, quiso siempre luchar por los más desfavorecidos, en especial los niños, aquellos que se veían obligados a tirar su educación para trabajar en condiciones deplorables, y, en vez de publicar panfletos y ensayos revolucionarios, quiso llegar al corazón de la sociedad con una historia emotiva de Navidad.
En 1843, la vida de Dickens dio un vuelco: se convirtió en un padre de familia con problemas financieros, ventas en caída libre, y con su mujer embarazada. Sus editores Chapman & Hall le amenazaron con bajar su sueldo si sus ventas seguían cayendo: venía de publicar La vida y aventuras de Martin Chuzzlewit (1842), un folletín que consideró el culmen de su carrera… pero que fue un absoluto fracaso. Es decir, la reputación de Charles Dickens, un autor respetable entre los intelectuales londinenses, empezó a caer en desgracia. Viéndose en necesidad urgente de ganar dinero, unos meses más tarde empezó a escribir Cuento de Navidad, una historia que, según cuentan los historiadores, escribió deprisa y corriendo, en seis semanas, entre risas y lágrimas. Tal vez desahogándose sobre muchos recuerdos, resentimientos, y con esa desesperación de tener que cambiar las cosas, escribió desde el corazón sobre temas que bien conocía.
Y es que es probable que el propio Scrooge fuese un reflejo de sus sentimientos hacia su padre, al que quería y despreciaba de igual forma. A su vez, Dickens proyecta sus propios miedos, como el de buscar seguridad en el dinero al haber crecido en pobreza. El autor se ve reflejado en el personaje, y a su vez sabe que podrá apelar a sus lectores, la mayoría de clase media, que tal vez podrán sentirse identificados con el protagonista. A lo largo de su vida, Dickens intentó ayudar a los más desfavorecidos, y con esta historia vio una oportunidad de llegar al corazón de los que pudiesen ayudar a los menos afortunados, enfatizando el espíritu de la bondad y generosidad de la Navidad.
¿Por qué en ese momento?
A Christmas Carol. In Prose. Being a Ghost Story of Christmas —conocida simplemente como A Christmas Carol (en español Cuento de Navidad) es una novela corta escrita por el británico Charles Dickens, y publicada en 1843 por Chapman & Hall. Dickens escribió este cuento en la era victoriana, cuando los británicos estaban volviendo a antiguas tradiciones navideñas, como los villancicos, pero explorando a su vez nuevas tradiciones, como las tarjetas navideñas o los árboles de Navidad.
Se dice que el autor no solo se inspiró en sus experiencias propias de joven, sino también en otras historias navideñas de autores como Washington Irving y Douglas Jerrold. Además, también se vio influenciado por una visita que hizo al Ragged School en Field Lane. Las ragged schools eran organizaciones sin ánimo de lucro que se dedicaban a la educación gratis de los niños con menos recursos, lo que podría haber inspirado a Dickens para contar la historia de un hombre rico que cambia la vida de otros a su alrededor. Otra de las influencias que se debate es de que tenga algún origen bíblico, una especie de alegoría cristiana, pero es algo en que los expertos siguen sin ponerse de acuerdo.
Lo cierto es que triunfó desde el principio: publicado un 19 de diciembre, las 6.000 primeras copias se agotaron en Nochebuena, y en tan solo un año tuvieron que sacar otras 12 ediciones. Por supuesto, en aquella época también se “pirateaban” tanto versiones como originales, y Dickens se vio metido en varias batallas legales porque, sencillamente, su obra fue un bestseller sin precedentes.
¿Y por qué? Dickens supo cabalgar la ola comercial del revival de la Navidad europea, y, de paso, la catapultó hasta nuestros tiempos.
Si bien Charles Dickens llegó a escribir otras obras navideñas, Cuento de Navidad se convirtió en su obra más famosa y vendida, y con la que se fue de gira por el país para representarla en vivo hasta el año de su muerte, en 1870. Un libro que lleva publicado desde sus comienzos y que ha sido traducido a incontables idiomas, no solo capturando la esencia del revival de las fiestas navideñas en la era Victoriana, sino influenciando las tradiciones más actuales: las reuniones familiares, la comida y bebida festivas, los bailes, los juegos y el espíritu de la generosidad parecen temas del que Dickens bebió para contar su historia, pero realmente es al revés. Ayudó a recuperar tradiciones cristianas fijando otras nuevas que, hoy en día, consideramos ya clásicas y no asociamos exclusivamente a una celebración más religiosa, sino que es la esencia de esta época festiva.
¿Por qué gustó tanto la historia?
El tema del cambio de Scrooge es tal vez el más protagonista, algo que, sin duda alguna, ha llegado hasta nuestros días especialmente en esta época festiva: Scrooge nos demuestra que cualquiera, por muy egoísta y avaro que sea, puede cambiar.
Su gran acierto fue reconceptualizar temas bien conocidos por aquel entonces. ¿Quién no puede empatizar en algún momento con Ebenezer Scrooge? La historia nos muestra cómo ha llegado a ser tan miserable: vemos su infancia dura y cómo lo único que quiere darle a su prometida es seguridad, pero que al final se deja guiar por la avaricia. Alguien que ha perdido el rumbo y necesita reencontrarse, al fin de cuentas. Fue un libro que gustó a todos: funciona como relato moral humano pero añade elementos sobrenaturales que también agradaron a los más religiosos (a fin de cuentas, la mítica frase del Pequeño Tim es ¡Que Dios les bendiga a todos! (y, como curiosidad, Dickens la añadió en la primera edición a última hora)). Eso sí, cada quien podía decidir qué sacar de la historia: de lo que trata es de que, sea como sea, Ebenezer Scrooge se despierta una buena mañana de Navidad como un hombre nuevo. Y esa ilusión puede ser la mayor aportación que ha hecho Scrooge a la Navidad.
Ilustraciones de la primera edición de 1843, John Leech
¿Qué queda de esta historia en la actualidad?
Mucho. Fíjate que, si bien Merry Christmas era algo que se decía ya desde hace algunos años, Dickens lo popularizó entre el público victoriano, y la palabra scrooge fue añadida al Oxford English Dictionary en 1982.
De igual manera, aunque hoy lo demos por hecho, en el siglo 19 la Navidad británica estaba más bien asociada a las zonas rurales debido a la rápida industrialización de las ciudades. ¿Quién tiene tiempo para esas cosas? En la gran ciudad, parecía que nadie. Cuento de Navidad refleja el zeitgeist de la época y cómo se volvió a “poner de moda” celebrar las fiestas en las ciudades, por muy modernas que fueran. La historia, por supuesto, conmovió a miles de personas: desde donaciones a la caridad, regalos a los trabajadores, y días libres de vacaciones, la transformación de Scrooge inspiró a la población británica.
No por nada casi cada año sale una nueva adaptación de la historia: trata temas atemporales. La pérdida, el rencor, la soledad… con una llamada al amor, la empatía, el respeto, la generosidad… De una forma u otra, Cuento de Navidad llega al corazón de todos y su estructura de “gruñón que cambia” se ha adaptado y copiado muuuuchas veces.
Tal vez no hayas leído el libro (que te lo recomendamos), pero la historia de Scrooge y sus fantasmas está muy anclada en la cultura popular, un must-have de la Navidad. Muchos incluso dicen que, de no ser por este libro, el revival navideño de la era victoriana se habría quedado en eso, una moda pasajera. Porque este libro se ha convertido en sinónimo de Navidad. Tal vez hoy pongamos árboles de Navidad por un padre de familia que se vio en la necesidad de tener que publicar un libro. Tal vez no estaríamos haciendo las famosas resoluciones navideñas para, como Scrooge, cambiar para mejor. Tal vez el poder de los libros sea así de grande.
Adaptaciones
Aunque la historia tenga “solo” 170 años, ha inspirado a muchos autores y guionistas. Además, si bien empezó siendo un libro querido entre los adultos, se ha ido haciendo típica entre las producciones infantiles, y, como no podía ser de otra forma, suelen ser historias para toda la familia ¡Vamos a ver algunas de nuestras adaptaciones favoritas!
A Christmas Carol (1951)
En nuestra humilde opinión, la mejor adaptación que se ha hecho jamás. Tal vez menos infantil porque está, OH DIOS MIO, en blanco y negro. Pero esta adaptación de George Minter con Alastair Sim como Scrooge es de las más fieles al libro: divertida, con un terrorífico Scrooge haciendo el payaso también, y una de las transformaciones más inspiradoras. Claro que no tiene los efectos especiales que encuentras en versiones más modernas, pero no deja de ser preciosa y hará despertar tu niño interior. Hay humor en cada escena (a la manera de Scrooge), y si después de ver la peli te lees el libro, verás que Alastair Sim es el Scrooge que Dickens tenía en su mente. Sin duda, un clásico imprescindible de ver.
Scrooge: A Christmas Carol (2022)
Esta última de Netflix derrocha fantasía. La historia clásica con canciones pegadizas y unos dibujos animados que, cuando llegan los fantasmas, se transforma en un espectáculo creativo de colores y planos cósmicos increíbles que gustará a toda la familia.
Spirited (2022)
Ryan Reynolds y Will Ferrell protagonizan esta comedia musical. Dos actores muy graciosos, canciones pegadizas y fabulosas coreografías, ¡sin duda esta interpretación moderna de Cuento de Navidad no te la puedes perder!
The Muppet Christmas Carol (1992)
Tal vez Dickens alucinaría en colores al ver a los teleñecos en su cuento, pero lo cierto es que esta peli es de las más nostálgicas y se ha ganado un hueco en nuestro corazón. Un giro más cómico sin quitar emoción con canciones preciosas y un Michael Caine que sabe lo que hace, interpretando a un Scrooge gruñón y tierno.
It’s A Wonderful Life (1946)
Bueno, adaptación ligera, pero el autor del libro The Greatest Gift sí se inspiró en el cuento de Dickens. Y es que It’s a Wonderful Life, en español Qué bello es vivir va, al fin y al cabo, va sobre un hombre que desprecia su vida y es visitado en Navidad por su ángel de la guarda para ver cómo habría sido la vida de sus seres queridos si él no hubiese existido. Una película con emotiva con actorazos (¡y final feliz!) que nos ponemos todas las Navidades.
Scrooged (1988)
Bill Murray como Scrooge debería ya decirte que no, no es la historia más convencional. ¿Pero divertida? Mucho. Una versión neoyorquina, contemporánea y esperpéntica ochentera que poco tiene que ver con Dickens, pero que mantiene el espíritu de Cuento de Navidad.
A Christmas Carol (1999)
Patrick Stewart es otro de los grandes actores que ha hecho de Scrooge en la pantalla después de haberle interpretado en Broadway. Aunque sea de los 90, retrata una versión clásica de la historia, con una ambientación extraordinaria. Esta es más dramática, no tan familiar como otras, y saca a la luz de una manera hasta exagerada todos los sentimientos, desde las desgracias hasta las alegrías.
A Christmas Carol (2019) – miniserie de la BBC
Aquí nos quedamos los más mayores de la casa, porque esta adaptación coge el libro de Dickens y saca todo lo peor de la humanidad. ¿Amor y compasión? No, aquí vemos el lado oscuro de todo y no te la recomendamos si lo que quieres es que te invada el espíritu navideño: aquí se expone lo peor de una humanidad que parece que tapa todo sus pecados para comportarse civilizadamente una vez al año. Guy Pearce hace de un Scrooge oscuro en una adaptación que te recomendamos por lo diferente que es, aunque sí, tira por la ventana la intención de redención de la historia original.
I know a lot of folks whom I think would really enjoy your content that covers in depth. I just hope you wouldn’t mind if I share your blog to our community. Thanks, and feel free to surf my website QN9 for content about Cosmetics.
Your blog has really piqued my interest on this topic. Feel free to drop by my website 46N about Cosmetics.
Hey there, I appreciate you posting great content covering that topic with full attention to details and providing updated data. I believe it is my turn to give back, check out my website UY5 for additional resources about Airport Transfer.
No había visto la de 1951, qué maravilla!!! Sin duda me parece la mejor adaptación